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El periodismo y la inteligencia artificial: la mirada de Grok

Redactor y chatbot

La inteligencia artificial ya es una realidad cotidiana: millones de personas recurren a diario a la asistencia brindada por Grok, ChatGPT, Gemini y otras aplicaciones. Ese nuevo panorama tiene un enorme impacto en múltiples ámbitos y actividades, siendo especialmente profundo en el periodismo y la comunicación.

La visión más optimista destaca la ayuda que pueden proporcionar los chatbots de IA a la hora de buscar información, analizar datos o armar la estructura de un artículo. No obstante, otra perspectiva advierte sobre la pérdida de puestos de empleo en los medios de comunicación debido a la generación automatizada de contenidos por parte de los bots conversacionales. La pregunta es si la inteligencia artificial puede hacer el mismo trabajo que un periodista, considerando la calidad, el aspecto emocional, el componente ético y otras variables.

El debate está abierto y hay diferentes perspectivas. Una de ellas es la que presenta la propia IA, que es ni más ni menos que el resultado que arrojan los sistemas de acuerdo a determinados algoritmos.

Índice

Entrevista a Grok sobre el vínculo entre el periodismo y la inteligencia artificial

Si alguien intercambia mensajes con una aplicación de IA, ¿puede considerarse que ese diálogo es una entrevista? “Puede considerarse una forma de entrevista, aunque no en el sentido tradicional. En una entrevista clásica, hay un diálogo interactivo entre dos personas, con un entrevistador que busca explorar las perspectivas, experiencias o conocimientos de otra persona”, señala Grok, el programa creado por xAI que está disponible en X (ex Twitter). Y agrega que, en su caso, se le plantean preguntas específicas que responde “con información y análisis” basados en su diseño y en los datos disponibles.

“No soy una persona con experiencias personales o emociones, sino una IA que genera respuestas basadas en patrones y datos, lo que hace que la interacción sea más técnica que personal. No hay un componente espontáneo o emocional como en una entrevista humana, donde el entrevistado podría compartir anécdotas o perspectivas subjetivas”, reconoce Grok. “En resumen, sí se puede considerar una entrevista en un sentido amplio, como un diálogo estructurado para obtener información, pero carece de los elementos humanos y subjetivos típicos de una entrevista tradicional”, sostiene.

Luego de este intercambio sobre la naturaleza de la interacción, lo consultamos respecto a qué impacto puede tener la inteligencia artificial en la industria de los medios de comunicación: “La IA permite generar contenido automatizado, como resúmenes de noticias e informes deportivos, financieros o meteorológicos a partir de datos estructurados. También analiza datos de audiencia (preferencias, hábitos de consumo) para ofrecer contenido personalizado, como noticias adaptadas a los intereses de un usuario en plataformas digitales, y mejora la distribución de contenido mediante estrategias de SEO, análisis de tendencias en tiempo real y optimización de titulares para maximizar clics”.

No obstante, el chabot reconoce que “la IA puede generar deepfakes, artículos falsos o contenido manipulado, lo que amenaza la confianza en los medios”. Por eso, en conclusión, afirma que la inteligencia artificial “impulsa la eficiencia, la personalización y el análisis de datos, pero plantea riesgos como la desinformación y la pérdida de credibilidad si no se usa éticamente”.

IA

El trabajo del periodista

Grok subraya varias ventajas que un periodista o comunicador puede aprovechar al hacer uso de su asistencia. En concreto resalta la “automatización de tareas rutinarias” (como el resumen de documentos, la transcripción de entrevistas y el monitoreo de redes sociales), la “mejora en la investigación” (ayudando a analizar grandes bases de datos y a detectar patrones) y la “creación de contenido asistido” (apelando al software para elaborar titulares y esquemas).

Sin embargo, manifiesta que “la automatización puede aumentar la presión para producir más contenido en menos tiempo, lo que podría afectar la calidad o el bienestar de los periodistas”. Por otra parte admite que “la IA plantea dilemas éticos, como garantizar que el contenido generado sea transparente”.

En este marco, le preguntamos a esta aplicación si considera que la inteligencia artificial reemplazará a los periodistas:

“La inteligencia artificial no reemplazará completamente a los periodistas, pero sí está transformando el periodismo. La IA puede automatizar tareas como la recopilación de datos, el análisis de grandes volúmenes de información, la generación de informes básicos (por ejemplo, resúmenes deportivos o financieros) y la detección de tendencias en redes sociales. Esto permite a los periodistas enfocarse en trabajos más profundos, como el periodismo investigativo, entrevistas, análisis crítico y narrativa creativa, que requieren habilidades humanas como la empatía, el juicio ético y la capacidad de contextualizar. Sin embargo, hay preocupaciones. La IA puede producir contenido rápidamente, lo que podría reducir la demanda de periodistas en roles más rutinarios, especialmente en medios con recursos limitados. Además, el uso de IA para generar noticias plantea riesgos de desinformación si no se supervisa adecuadamente, ya que puede replicar sesgos o carecer de la sensibilidad cultural y ética que un periodista aporta. En resumen, la IA es una herramienta poderosa que complementa el periodismo, pero el valor humano del periodista —su capacidad para investigar, cuestionar y conectar con la audiencia— sigue siendo insustituible”.

Asistente virtual

Contenidos producidos por una inteligencia artificial

Aquellos contenidos que genera Grok, ChatGPT u otro chatbot conversacional del estilo, ¿pueden considerarse originales?

“Los contenidos generados por inteligencia artificial a pedido de un usuario pueden considerarse originales en un sentido limitado, pero el tema es complejo y depende del contexto”, aclara Grok y detalla: “La IA produce contenido nuevo combinando patrones, datos y reglas de su entrenamiento, lo que puede resultar en textos, imágenes o audios únicos. Sin embargo, esta ‘originalidad’ no surge de una intención creativa propia, sino de un proceso algorítmico basado en datos preexistentes. Por eso, no es original en el mismo sentido que una creación humana, que implica conciencia, experiencia y propósito”.

Grok admite que sus respuestas y elaboraciones dependen de los “patrones y estilos presentes en el material de entrenamiento, lo que puede llevar a debates sobre si es verdaderamente ‘nuevo’ o simplemente una recombinación”. En este contexto subraya que “la originalidad también depende del nivel de especificidad del pedido del usuario” ya que, “si el usuario proporciona instrucciones detalladas o un prompt muy específico, el resultado puede reflejar más la creatividad del usuario que la de la IA”.

A modo de cierre, para este sistema “aunque el contenido sea técnicamente único, si reproduce estilos, ideas o tonos de obras existentes sin citarlas, puede percibirse como poco original o incluso como plagio implícito”.

El problema de las fake news

Al favorecer el análisis de grandes cantidades de datos y cruzar información de múltiples fuentes, la inteligencia artificial puede ayudar a detectar fake news y así contribuir a un mejor periodismo. Pero, de manera simultánea, puede “crear textos, imágenes, videos o audios falsos que parecen auténticos, como artículos manipulados o videos de figuras públicas diciendo cosas que nunca ocurrieron”, menciona Grok. La “difusión automatizada” con bots impulsados por IA, además, amplifica el alcance de las fake news y produce interacciones masivas.

Grok hace alusión al “papel dual” de la IA en la problemática de las noticias falsas y la desinformación. “Aunque facilita la creación y difusión de desinformación, sus capacidades para detectar, verificar y moderar contenido falso son herramientas poderosas para los medios y los periodistas”, insiste.

“La clave está en combinar la IA con supervisión humana, ética periodística y educación pública para maximizar su impacto positivo”, finaliza.

La convivencia entre el periodismo y la inteligencia artificial

Si alguien se propone luchar contra el uso de la inteligencia artificial en el periodismo, asume una causa perdida y carente de sentido. Como ya se sabe, la tecnología no es buena ni mala de por sí: depende del uso que se le dé.

Claramente utilizar la IA para crear un artículo, limitándose a copiar y pegar el texto generado por un sistema automatizado, carece de valor y lleva a enfrentarse a potenciales problemas de todo tipo, desde éticos y legales hasta aquellos vinculados con estándares de calidad. Un medio de comunicación que prescinde de periodistas para elaborar sus notas le falta el respeto a la audiencia, tal como lo hace el periodista que deja de lado el ABC de su trabajo y prefiere reproducir lo que le dicta una aplicación.

En cambio, si la IA es utilizada a conciencia por un periodista que apela a sus conocimientos, su experiencia y su criterio para ese uso, se trata de un recurso muy útil. No es cuestión de rechazar los avances tecnológicos, sino de aprovecharlos con profesionalismo y ética para mejorar en el oficio.


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